miércoles, 26 de marzo de 2008

Hans Chistian Andersen



La historia de un hombre que creyó en sus sueños…es decir, vivió.

Érase una vez un pequeño, hijo de un zapatero y de una lavandera que vivían sumidos en la miseria, dormían hacinados en una habitación y creían que el mañana traería las mismas penurias del hoy, y así pasaban la vida.
El padre construyó en teatrillo para su hijo amado y el pequeño cosió las ropas de las marionetas, fue así como la imaginación empezó a crear el gusto por el arte y el arte por la belleza y la belleza por la vida. Se empezaron a tejer historias en ese teatrillo, en donde la imaginación desconoció los limites que proboca la pobreza, y a ratos era emperador, a ratos era mago, a ratos era un cisne o







(ilustración de José Piri "El traje nuevo del emperador)

una bella princesa desdichada… ¿Qué puede detener al pensamiento cuando es uno mismo quien lo libera?
Años después el padre murió y el muchacho (que ya lo era) hubo de dejar la escuela, pero eso no mitigó su inquietud y con más ansia buscó los medios a través de la lectura para seguir aprendiendo, por esa época leyó a Ludvig Holberg y William Shakespeare.
Como los sueños ya poblaban su mente soñó en ser cantante de opera y para conseguirlo se trasladó a la capital de su país. Una vez allí y no sin intentarlo se dio cuenta que su voz no daba los tonos y matices para cantar opera.
Siguió soñando, esta vez con ser bailarín y no sin intentarlo se dio cuenta que era más perezoso de lo que la danza exige.
A estas alturas, los comentarios más frecuentes sobre su persona eran: lunático, excéntrico, inquieto, y hay que aclarar que no eran dichos desde un ángulo positivo.
Pero el joven, había sembrado amigos, entre ellos uno muy especial y con su ayuda se puso a terminar sus estudios en un prestigioso colegio.
Debo decir que no fueron años fáciles para nuestro amigo, pues los estudios se le daban mal y peor en un marco de severidad y rigidez. No formaban parte de su espíritu inquieto y según el mismo comentó fueron estos y no otros los más oscuros y amargos años de su vida, pero se mantuvo en el colegio hasta que su amigo dio por terminados sus estudios.
Fue en este tiempo tras entrar en la universidad, cuando salió a luz, un nuevo sueño en su vida, el de escribir.
Realizó varias publicaciones algunas bastante exitosas y pudo hacer lo que realmente más le gustaba, viajar. Solía decir “¡viajar es vivir!”. Viajó por Alemania, Malta, Grecia, Inglaterra, Francia, España...




(ilustración de Paloma "La sirenita")

Gracias a sus relatos, novelas, poesías y cuentos, pronto se hizo famoso en toda Europa y sus escritos se traducían a muchos idiomas.
El rey le concedió el titulo honorario de Consejero de Estado y fue declarado ciudadano Ilustre.
Fue a los 70 años, cuando este hombre que soñó y nos hace aún soñar, dejó de vivir.
Ahora nosotr@s soñamos con sus maravillosos cuentos…
¿Sabes como se llamaba este hombre? ¡No! Y si te digo que escribió El patito feo, La pequeña cerillera, El traje nuevo del emperador, El soldadito de plomo, La sirenita, entre otros muchos, muchos cuentos.
¡Sí! Su nombre es Hans Christian Andersen.
Su relato autobiográfico "El patito feo", nos da cuenta de como una vida por muy humilde y simple que parezca, esconde grandes tesoros que debemos permitir salgan a la luz.


(ilustración de Elvira "El patito feo")

Los picotazos que recibió el patito feo, pueden ser los comentarios siempre prejuiciosos y negativos que Andersen sufrió, más curó sus heridas y siguió soñando...¡Que suerte para nosotr@s que tubo el valor de convertirse en cisne!

Durante Abril se conmemora un nuevo aniversario de su natalicio (2 de abril). La biblioteca Amiga, ha querido aportar con algunas ilustraciones de los pequeños y pequeñas de 1º de primaria del colegio Sagrado Corazón que surgieron despues de la sesión dedicada a Andersen y sus cuentos más famosos.
¡¡Prometo incorporar más ilustraciones por que están muy bellas!!
























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