jueves, 2 de julio de 2009

Siguiendo la huella…


Del libro “El arte de contar cuentos” de Sara C. Bryant empezaremos por hablar del valor educativo de estos.
Al pensar en el cuento como una obra de arte entendemos que su valor es subjetivo, que prácticamente no tiene limitaciones en cuanto a estética y recursos y que su objetivo principal es ser un aporte alegre, nutritivo y estimulante para el espíritu; y es desde este punto que somos capaces de percibir el valor intrínseco que cada cuento tiene ya sea por su contenido ilustrativo y educativo, como por el arte con el que ha sido creado.
Si la sola palabra arte no significa aporte a la cultura estamos sobre un camino pedregoso y debemos replantearnos la figura del cuento.
“Érase una vez, Había una vez y como dice una amiga En el ayer del ayer”, así empieza el suave arrullo de la voz que da vida a la historia, a las imágenes, a las ideas, a la fantasía, a los sueños, a las añoranzas, a los miedos, a las sonrisas, a las lágrimas…las imágenes que van tomando forma en nuestra mente, que hacen de la historia contada una historia vivida, esas son la expresión del arte en su totalidad. Por que a diferencia de otras representaciones artísticas, el cuento nace cuando es oído y escuchado. La forma que toma en ese momento es la que designará su nuevo dueño, el oyente.
¿Qué ha representado Cenicienta para generaciones? Sin duda cada oyente ha dado a este cuento un significado propio en cada etapa de su vida y en cada momento histórico. Es que el arte es dinámico como las personas y cambia de marco según cambian las gentes (para muestra la fotografía).
¿Cuentos de Hadas? En el siguiente post.
Abrazos siempre.

domingo, 28 de junio de 2009

El arte de contar cuentos


Después de una de mis últimas lecturas, como es lógico y necesario, viene la reflexión.
Contar cuentos ¿para qué, por qué? A vox populi se sabe que los cuentos son a la infancia lo que el trabajo es a los adultos. Una experiencia necesaria para crear cimientos sólidos de carácter, de personalidad y sociabilidad, pero lamentablemente no se reconoce como tal y hay quien duda de este antiguo arte, como duda de sí mismo.
Quien no haya escuchado un cuento en su niñez carece de un universo de sueños sostenido en la creatividad y en la tradición de culturas tras culturas, de generaciones tras generaciones.
Poetas griegos, trovadores franceses, juglares españoles fueron entre muchos otros la antesala de los nuevos narradores, aquellos que empezaron contando cuentos en la niñez a algún amigo, o a sus muñecas, o al osito de felpa compañero de cama en las noches de invierno… esos que en su edad adulta apenas recuerdan cuando fue la primera vez que contaron, pero que saben que contar es vivir. Esos que han hecho de la palabra una historia y de la historia el arte, por que contar es fácil, cuentas tú y cuento yo, pero hacerlo con arte, hacerlo desde dentro, inserto en el cuento extrapolando la imagen a tus ojos, a tu mente hasta hacerlo nítida en ella, de manera que formes partes de la historia y que la historia forme parte de ti…ese, ese es el verdadero arte de contar cuentos.
¿Cómo se hace? Además de tener el don o talento si prefieres llamarle así, se puede intentar teniendo la intención (en la fotografía es evidente) y siguiendo algunas pautas que compartiré contigo en los siguientes post.
¿Me sigues?
Abrazos miles.

martes, 12 de mayo de 2009

Despertando


Los blogs tienen un problema, especialmente cuando son llevados sólo por una persona, “Tienden a dormirse” si esa persona se duerme. Así es como mi periodo de hibernación ha durado casi tres meses, y aquí estoy ahora despertando de este sueño (que no ha sido sueño), más bien un retraerse.
Una de las cosas que más gusto me daba en la infancia eran los aromas del despertar, En mi casa siempre olía a pan recién horneado y a la mantequilla que se derretía en el.
También estaba el aroma del té negro que preparaba mi abuela y del mate que humeaba entre las manos de mi abuelo. Sin duda eran buenos aromas.
Este despertar no ha estado falto de cosas positivas, puesto que repasando correos (en una bandeja de unos 1500) me encontré con que desde el blog de Jacqueline http//:esoaprenderesfacil.blogspot.com , pese a mi modorra, nos han premiado y ¡claro! Dormirse así resulta muy agradable…premio para dormir y premio para despertar.
Nos han otorgado el premio Award, por nuestra labor educativa.
Estoy muy agradecida a Jacqueline por haber pensado en este blog.

Enlazo con los siguientes blogs que me parecen hacen mucho por ilustrarnos:

http//:imaginafantasia.blogspot.com

http//: masmates-igv.blogspot.com/

http//:educaresdesarrollo.blogspot.com/

Desde aquí un abrazo a los premiados por vuestra labor bloguera.

martes, 10 de febrero de 2009

Premio Mimo




Desde el blog de Emmanuel, que es un adolescente historiador increíble, nos llega el premio Mimo. Este premio es otorgado junto otros siete blogs.
¡Estamos encantados!


Pero este premio tiene unas normas:1: escribir una lista de 8 cosas con las que sueñas.
Uyyyy, esto va a ser difícil, porque ocho se me hacen pocas, pero empiezo por las más difíciles.
I. Deseo que la humanidad entera desee el bienestar de tod@s.
II. Deseo que la felicidad se encuentre a la vuelta de la esquina.
III. Deseo que la base de la educación sea que somos valiosos sólo por existir.
IV. Deseo que las posibilidades de la modernidad sean realidad para tod@s las personas.
V. Deseo que las personas no deseen tanto y deseen mejor.
VI. Deseo escribir y publicar algún sueño.
VII. Deseo saber más y decidir mejor.
VIII. Deseo escribir una canción, y que alguien le ponga música y la cante por supuesto. (Esto vale por un deseo ok)

2: Premiar a otros 8 blogs.
Estos son blogs por los que me suelo mover un poco en las sombras (sin comentarios en la mayoría), pero de los cuales voy aprendiendo (es uno de mis sueños, ahhhh!!! ¡Se cumplen!).

I. http://historiasvariopintas.blogspot.com

3: Comentar el blog que te dio el premio.

Esto es lo más fácil, pues la historia siempre me ha gustado y desde que Emmamuel decidió crear su blog, me he hecho asidua a el, porque aprendo realmente historia como me gusta aprenderla. Es un blog interesante, entretenido, siempre novedoso, en fin, demasiado recomendable.
4: y avisar a los blogs que vas a premiar.

¡En eso estoy, calma que son muchos!

Gracias a Aprendiendo Historia por mimarnos tanto. Y en hora buena a los blogs citados pues todos merecen ser mimados también por vuestro valioso aporte a la familia bloguera.
Cariños para tod@s

lunes, 2 de febrero de 2009

La liebre y la tortuga


¡Que bonita es está fábula! dicen que es de Esopo, pero bueno, dicen tantas cosas.
El asunto es que a niños y niñas encanta. Algun@s quieren ser liebres, otr@s tortugas, porque a pesar de la competencia, saben que cada cual tiene sus virtudes.

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.
-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga.
Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.
-Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.
-¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.
-Pues sí, a ti. Pongamos nuestra apuesta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera.
La liebre, muy divertida, aceptó.
Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.
Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lerda criatura!
Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo.Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar.
Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.
Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida.
Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.
Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse jamás de los demás. También de esto debemos aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos.




Un abrazo y nos estamos leyendo.